viernes, 27 de noviembre de 2009

Gritos


Ahogo gritos de niña,
donde mi inocencia fue arrebatada
donde mis gritos, se perdían y nadie los escuchaba.
Y fui creciendo sin entender nada,
con el transcurso de los años odié mi cuerpo,
más que nada porque entendí que no era pura, como otros lo esperaban.
¿Qué hacer? ¿A quién acudir, si sólo era una niña a la cual todos codiciaban,
a la que le robaron su inocencia sin preguntarle nada?.
Y bajo las narices, de ellos que debían cuidarla.
No llores niña,
siendo ya una mujer piensa que todo
lo que pasó un amargo sueño fue.
Corre libre, protege más allá y se tú siempre sin que nada te pueda lastimar.
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