lunes, 30 de noviembre de 2009

El dolor de una madre

Cada día de dolor o cada lágrima que una bota
delante de los ojos de Dios, son puras
Por el dolor de una madre al perder un hijo
por desear perdonar la muerte, al que la causó.
¿Quién sabe decir cuál es el sabor del dolor?
es más que una herida abierta en el pecho.
Más que cualquier enfermedad, ese dolor con su gusto o su sabor
es aquel donde una mujer pierde a aquel ser,
al que cobijó y acunó en sus brazos: Un hijo.
Cada día ese dolor nos consume el alma
ya que nadie puede reemplazar a un hijo por más que uno quiera,
apaciguar ese dolor no cede jamás, ya que siempre sangrará.
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